La buena hija
La nueva y deslumbrante novela de una de las autoras más vendidas del panorama literario internacional: un thriller absorbente que mezcla el suspense psicológico con la investigación de un misterio sin resolver.
Dos niñas son obligadas a internarse en el bosque a punta de pistola. Una huye para salvar su vida. La otra se queda atrás.
Hace veintiocho años, un crimen horrendo sacudió la feliz vida familiar de Charlotte y Samantha Quinn. Su madre resultó muerta. Su padre, un conocido abogado defensor de Pikeville, quedó roto de dolor. La familia se deshizo irremediablemente, consumida por los secretos de aquella noche pavorosa.
Transcurridos veintiocho años, Charlie se ha convertido en abogada siguiendo los pasos de su padre. Es la hija ideal. Pero cuando la violencia vuelve a cebarse en Pikeville y una espantosa tragedia azota la localidad, Charlie se ve inmersa en una pesadilla. No solo es la primera persona en llegar a la escena del crimen, sino que el caso desata los recuerdos que ha intentado mantener a raya durante casi tres décadas. Porque la sorprendente verdad sobre el acontecimiento que destruyó su familia no puede permanecer oculta eternamente.
Repleta de giros y vuelcos inesperados y rebosante de emoción, La buena hija es una novela apasionante: suspense en estado puro.
El último aliento
A los trece años, la niñez de Charlie Quinn llegó a un brusco y desolador final. Dos hombres, con asuntos pendientes con su padre, que era abogado, irrumpieron en su casa y después de esa terrible noche el mundo de Charlie no volvió a ser el mismo.
Ahora que ella también era abogada, se había propuesto defender a aquellos de los que nadie se preocupaba nunca. Por eso, cuando Flora Faulkner, una adolescente huérfana, le pidió ayuda, Charlie se acordó de su pasado y no fue capaz de decirle que no.
Pero la estudiante ejemplar Flora andaba metida en problemas más profundos de lo que Charlie había imaginado. Y llegado el momento esta tendría que preguntarse a sí misma hasta dónde estaría dispuesta a llegar para proteger a su cliente y, sobre todo, si podía confiar plenamente en lo que la joven le había contado.